lunes, 29 de marzo de 2010

*Algunas hipótesis y la política criminal en salud*

Uno quiere (casi siempre, en realidad, aunque rara vez lo logre, pero en esta oportunidad más aun) establecer un punto de debate que quede claro.

Varios temas pueden derivarse, como la existencia de izquierdas o derechas,las opiniones puntuales sobre detalles.

Uno dice que, desde hace décadas, pero especialmente desde el documento Invertir en Salud del Banco Mundial (1993), esta institución (hay que llamarlo de alguna manera) ha pasado a regir los destinos de la salud en el mundo desplazando a la OMS en ese menester.

Eso implica varias consecuencias, a nuestro modo de ver. Haremos un comentario general y una señalización bien precisa. Que no quita otras conclusiones posibles.

*El Banco y la salud en Argentina*

Argentina ha sido un alumno aplicado para el BM. Desde allí se están implementando las políticas que el banco instituye. En el tiempo de Alfonsín, se estaba en el reacomodamiento de la OMS como agencia que se alejaba de lo intentado (mucho o poco, con sus más y sus menos) en ALMA ATA, y comenzaba o retomaba sus coqueteos con el negocio de la salud, por vía de la Fundación Rockefeller y otras. En la época de Menem dependió del agente económico directo del Consenso de Washington, que fue Cavallo, para la reforma del Estado en general y de la salud (más o menos) como parte de él.
Menem puso a inútiles en el Ministerio de Salud, lo mismo que De la Rúa. El que cambió las cosas (a punto de continuarlas al principio, cuando amagó culminar por otro camino posible, que era eliminar directamente el Ministerio, que era más “lógico”, pero en vista a los resultados, hubiera sido un “error”) fue nada menos que Duhalde, poniendo a cargo de la cartera al más eficaz gerente del Banco Mundial que podría imaginarse (y vendrá un comentario sobre esto en el punto que sigue). Desde allí, centralmente, la salud se organizó aquí para responder del modo más ajustado a las políticas de mercantilización, sujeción al negocio de la salud y anulación del derecho a la salud, incluyendo las políticas focalizadas que el BM diseñó para “atender” los problemas más visibles (que no siempre son los más graves) en el marco que impone, es decir, tratando de no dejar mucho margen fuera del negocio de la enfermedad. Dos de las estrategias más importantes (que no las únicas) en ese sentido, son el Plan Nacer y el Programa Remediar, las cuales –exactamente igual que la Asignación Universal por Hijo, independientemente de las diferencias o “ventajas” que esta estrategia del Ministerio de Desarrollo Social tiene- son de enorme cantidad de dinero, focalizadazas pero para una gran población (GGG se ha jactado de que el Remediar abarque 15 milllones de personas, Gianni Tognoni ha llamado a eso “el Plan Placebo más grande del mundo”; que es grande no significa que no sea focalizado, en algunos casos –nuevamente- el tamaño no es lo importante)- son eso: atención focalizada de lo que el sistema deja afuera del derecho, y que entonces se les “permite” entrar por una puerta del costado siempre y cuando cumplan con ciertas condicionalidades. Como sé que todas estas políticas han reclutado simpatizantes a la vista de las ventajas que conllevan frente a la nada –cosa indiscutible- uno vuelve a insistir: uno brinda medicamentos “gratuitos” y sabe que se proveen “determinadas prestaciones” en torno al Plan Nacer que la gente incluso agradece. No es transparente que ambas cosas pueden hacerse no solo en forma más abarcativa, más eficiente (eficacia más economía de recursos), sino además más justa desde el punto de vista ético-filosófico (que a pesar de lo que alguno dirá hace a la lógica y a la ciudadanía y no es precisamente poca cosa) en programas basados en la salud como derecho. El Banco no propone las cosas así porque ahorra recursos sino porque esteriliza la experiencia de habilitar a las personas como sujetos de derecho, uno de los objetivos más indispensables del Banco. No voy a abundar aquí (ya lo hemos hecho) por qué es así en el Plan Nacer y en el Programa Remediar (solo recordaré que el amague de comprar –digo amague porque al durar solo un año o menos no permitió desarrollar la experiencia, no porque no haya sido importante- a los Productores Públicos medicamentos más seguros, mejor organizados, con mayor racionalidad y mucho mejor proyección a futuro, además de proveedor de trabajo, ahorrador de divisas, y –sobre todo- estimulador de la alternativa de investigación soberana, lo más peligroso de todo, fue sustituido por la estrategia de comprarle a los amigos: volvieron a crecer las compras a Klonal –de GGG- y a Austral –de Sobisch). La enorme trascendencia de la Asignación (no) Universal no explica por qué realizarla por fuera del derecho a percibirla, como no sea por la necesidad de establecerla como parte del control social del Estado, una concesión al establishment por vía de aceptar la llamada doctrina del Moral Hazard (que en castellano argentino debería traducirse “no les vamos a dar esa guita a esos negros de mierda sin que paguen de alguna manera, vagos de porquería”), la finaciación de consultoras amigas, y algún clientelismo, probablemente. Lo central, nuevamente, es no constituir sujetos de derecho, sino objetos de políticas.

*El problema de “política criminal”*

En lo que va de los gobiernos de NK y CF (7 años) ha habido 3 millones y medio de abortos. Todos clandestinos. Salvo alguno que otro en el que se ha logrado que funcione una ley de 1921 que es leída por jueces del patriarcado, médicxs machistas, etc.(y en esos pocos casos se ha añadido un
sufrimiento absolutamente perverso y gratuito, lo que ha agregado promoción a los abortos clandestinos y ha sumado vergüenza a las víctimas de violación); todos fueron clandestinos. Se suele poner el foco –y estará “bien”- en las mujeres que no acceden al aborto pago a precio de oro. Pero aun para esos abortos se suma una innecesaria y también “costosa”  condición.

Puede que alguna mujer que logre pagarlo en el exterior, con viaje y todo, pueda aminorar algo más ese costo adicional –dependerá de ciertas cuestiones de su estructura- pero en todos los casos se las somete a algo que siempre es peor de la experiencia dolorosísima que es, en cualquier caso, la decisión de abortar.

Puede asumirse sin margen de error, que las 2800 mujeres que murieron en estos años de gobierno kirchnerista, todas fueron pobres, y solo eso u otras condiciones de vulnerabilidad (a las que, groseramente, se las ha sometido) las llevaron a la muerte. Las que no murieron no solo la pasaron mal. De acuerdo al aborto que han podido compara –más o menos, dado que la clandestinidad hace más complicado cualquier control, protección…cualquier derecho, aun el derivado del derecho comercial- el riesgo habrá sido mayor en las más pobres, y las secuelas de todo tipo habrán sido más graves, desde infecciones con otras complicaciones no fatales, internaciones y sufrimientos diversos, vergüenzas diversas, riesgos o pérdida del trabajo, pérdida del útero, otras formas de esterilidad, secuelas en la vida de pareja por estas y por otras razones imaginables o inimaginables.

De las que perdieron la vida, pocas podrán haber tenido la “suerte” de una muerte rápida y con poco dolor. La mayoría habrá muerto en medio de intentos fallidos por conservar la vida, con lesiones de órganos, insuficiencia renal, sepsis… y atravesar la última etapa de su vida de una manera increíblemente dolorosa, viendo como deja a sus hijos sin madre, sufriendo las consecuencias de haber tomado una dolorosa decisión en un país que hasta ahora la sentencia a que pague con su vida querer ser ella quien decida.

Hace unos días, el 16 de marzo, un grupo de 33 diputados y diputadas resolvió volver (básicamente) a presentar un proyecto de ley para permitir el aborto hasta la semana 14, precisa cuestiones que tienen que ver con lo que se supone que es la salud y cuando puede verse afectada (y justificar el aborto por esa razón) y “reglamenta” el artículo 86 del código penal, redactado en 1921, que por un raro sortilegio es permitido que se lea en un idioma distinto del castellano, para que se permita en cualquier caso de violación como ese artículo dice desde hace casi un siglo.

Se dice que 80 diputados y diputadas han adelantado que votarán por ese proyecto, con lo cual nos faltan 50, y ver que ninguno se quede dormido. Luego irá al senado y se verá. Si demora un mes (que es lo que suele demorar, como mucho, un proyecto al que el Ejecutivo le presta especial
interés) habrá 40000 mujeres, se habrán practicado abortos clandestinos y unas 35 habrán muerto.

*Los límites, la izquierda y la derecha*

La única política en la que este país se rebela a lo que aconseja el BM es la del aborto.

El Jefe de Gabinete, que fue funcionario de Duhalde durante años, incluso en su pasaje por la presidencia (y que tuvo responsabilidad sobre los crímenes de puente Pueyrredón, aunque se defiende diciendo que llegó ese día a las 14 hs al país; sería bueno que (C)Aníbal lea lo que quiere decir responsabilidad, además de lo curioso que resulta que diga que no sabía nada del tema y dirigió una conferencia de prensa culpando a “los piqueteros” de esos crímenes; ¿no es raro que diga que no sabe nada pero se encarga de explicarle a la sociedad lo que pasó?) y que pasó por Ministro del Interior y de Justicia antes de este ascenso, se identificó como de “centro
izquierda”.

Uno no sabe si el monstruo de Loch Ness existe. Ni si Nahuelito existe. Tampoco si los espíritus existen. No tiene pruebas de su existencia, pero tampoco de su no existencia.

Hay una línea de “pensamiento” que asegura que la derecha y la izquierda no existen. Uno cree que sí. Bueno, digamos que una cuestión de fe, que hace que crea más en esto que el monstruo de Loch Ness.

Hace un tiempo han sido medio neutralizados ciertos términos. El propio Alsogaray se definió (y a su partido) como de “centro”. A Macri lo califican de “centro derecha”. Blair es de “centro izquierda”, claro (destruyó la salud, invadió Irak, etc.). Los gobiernos de “centro izquierda” mantuvieron a Chile y Brasil “ricos” (o los hicieron “más” ricos), pero también (eso “pero” corresponderá?) mantuvieron las diferencias entre los ricos y los pobres en su interior. Aun estarán esperando el derrame, cuestión que con Piñera seguro no ocurrirá, pero ocurre que tampoco ocurrió con la concertación (que también destruyó o continuó la destrucción del sistema de salud).

En fin, parece que es más fácil definir a la extrema derecha de Le Pen o de la Liga del Norte, al partido del cual era miembro Alberto Fernández (el Nacional Constitucionalista) antes de ser Cavallista y Belicista y luego Kirchnerista; y a la izquierda que no es centro izquierda se le pone algún apellido para que no quede solo izquierda -vernácula, estructuralista, siniestra como dijo (C)Aníbal Fernández- o hasta “positivista- más allá de si quien lo dice sabe lo que dice, o algún mote (troskos, zurdos) que fueron aprovechados en la dictadura para señalar gente.

Uno cree que la categoría de izquierda y de derecha es útil, ayuda a clarificar cuestiones, pero es una discusión para otro día. Pero lo aclaro dado que voy a enunciar lo siguiente: a mi modo de ver, la política del Banco Mundial es claramente de derecha. Por lo menos. La única política en la que aquí no hay sometimiento a sus dictados, es, a mi modo de ver, más a la derecha aun que la del Banco Mundial.

Y uno cree (no hay por qué coincidir) que estar a la derecha del Banco Mundial en algo no es poca cosa.

Por favor, qué es lo que se opina de la política oficial al respecto?

Un saludo

Gonzalo

PD: Por razones pueriles me veo obligado a reiterar una vez más que lo que expongo son opiniones. En algún lugar se me pidió respeto y tolerancia. No llamo a nada más que a reflexionar sobre estos temas y -una vez que eso fue hecho- pensar en como obrar. Si se acuerda conmigo será de una manera (entre, seguramente, varias posibles) si se acuerda parcialmente será de otras, y si no se acuerda será de otras aun. Uno espera que en ningún caso sea enojarse demasiado con el mensajero. Pero pasan cosas raras.